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Alfonso Gómez Méndez, veteranos de la política, fueron "revividos" por el joven presidente del Partido Liberal, Simón Gaviria, quien se atrevió ponerlos en el sonajero ministerial. | Foto: SEMANA

CRISIS MINISTERIAL

Serpa y Gómez Méndez los más "opcionados" del 'sonajero liberal'

Simón Gaviria fue quien los puso a sonar y con el paso de los días sus perfiles parecen encajar en determinadas carteras que estarían vacantes tras la renuncia del gabinete en pleno.

Rodrigo Urrego B., redactor Semana.com
25 de agosto de 2012

Hasta entrada la tarde del viernes, la crisis ministerial sólo había dejado dos vacantes. El ministerio de Minas, por el sorpresivo relevo de su titular, Mauricio Cárdenas Santamaría, y el ministerio de Transporte, pues Miguel Peñaloza se convirtió en el segundo ministro (después de Juan Carlos Echeverry) al que el presidente Juan Manuel Santos le acepta la renuncia.

La tesis que de momento explica estos movimientos obedece a que antes de la noche del miércoles 22 de agosto, cuando todos los 16 ministros del gabinete firmaron la carta de "renuncia protocolaria", Echeverry y Peñaloza ya habían presentado sus respectivas dimisiones.

Echeverry, según él mismo, lo habían motivado razones personales, entre ellos la aspiración a entrar en la élite del Fondo Monetario Internacional. Peñaloza, en cambio, lo hizo para no afectar al gobierno y concentrarse en las investigaciones que le abrieron los organismos de control por una presunta falta ética en su condición de funcionario público.

Pero lo que aún es materia de cábalas, especulaciones e hipótesis son las aproximaciones sobre los posibles nombramientos.

Una de las teorías que más se oye en el ambiente es que para la primera de las carteras vacantes se enviaría a Federico Renjifo, dejando en libertad de movimiento al ministerio del Interior. Renjifo, con carnet de la U y uno de los ministros que en la presente crisis es señalado como uno de los posibles fusibles, podría desarrollar mejor su capacidad en otra cartera distinta a la de los asuntos políticos.

También hay otras versiones de que el ministro de Comercio Exterior, Sergio Díazgranados, podría terminar ocupando esa supuesta vacante en el ministerio del Interior. Razones en las que se alimenta esa teoría, su más reciente antecedente político: excongresista y exsecretario general del Partido de la U.

Esas teorías advierten que, sin sacrificar a Renjifo, el ministerio del Interior podría entrar en el lógico juego de la política, propias de los comienzos de gobierno, o de crisis ministerial, en donde todos los partidos políticos cercanos al poder suelen pescar en ese río revuleto.

En este escenario, el Partido Liberal fue el primero en respaldar la decisión de Santos de pedir la renuncia protocolaria del gabinete en pleno, pero a la vez el que se anticipó a poner a sonar nombres de algunos de sus integrantes.

Porque aquella noche del miércoles 22 de agosto, Simón Gaviria, jefe único del Partido Liberal, no solo subrayó que "sólo la autonomía del Presidente Santos podría tomar las mejores decisiones en un eventual cambio de gabinete", sino que también sugirió que “en el supuesto de que se llegaran a escoger nombres de ilustres liberales como Horacio Serpa, Alfonso Gómez Méndez o Fernando Carrillo para integrar un nuevo gabinete, nos daría un gran beneplácito como colectividad".

En la circunstancia en que el ministerio del Interior quedara vacante, el nombre de Serpa genera amores y odios. Los primeros, los que le ven experiencia para lidiar con el Congreso, dada cuenta de su trayectoria como congresista, procurador, ministro, jefe político, gobernador. Los segundos, los que lo ven como un reencauche y quienes recuerdan su condición de ministro del Interior del gobierno de Ernesto Samper.

También es cierto que la cartera política es la más apetecida por los partidos. Y en la cotización están La U, los Conservadores y el Partido Liberal, quien precisamente, desde que Serpa fue ministro, a finales de los 90, no ha vuelto a ocupar este ministerio.

Alfonso Gómez Méndez, también excongresista y exprocurador, además de exfiscal y exembajador, sólo le hace falta en su trayectoria desempeñarse como ministro de Estado. Su perfil podría ajustarse más al ministerio de Justicia, aunque esta cartera parece advertirse intocable, pues su relevo se produjo hace un mes, cuando Juan Carlos Esguerra renunció por la fallida reforma a la Justicia, y fue nombrada la exmagistrada Ruth Stella Correa.

Sin embargo, el otro candidato que Simón Gaviria puso a sonar fue Fernando Carrillo, exministro de Justicia en el gobierno de César Gaviria y actual director de la Agencia de Defensa del Estado.

Nadie cuenta con que el ministerio de Justicia entre en el juego de transacciones políticas. Pero el sorpresivo anuncio de la salida de Juan Carlos Echeverry es una muestra de que ningún escenario se puede descartar.